Hace ya mucho tiempo que los escasos 50 metros cuadrados de nuestra tienda en la calle Angustias de Valladolid se nos estaban quedando pequeños. En todos nuestros viajes internacionales descubríamos marcas nuevas, regalos increíbles, libros diferentes… que jamás podíamos meter en nuestras maletas porque, literalmente, no había sitio.
La idea de abrir una nueva tienda llevaba años rondando en nuestras cabezas, queríamos ampliar nuestro espacio y así poder traer todas esas cosas de las que os hablamos.
Encontrar un local que nos gustase en una calle bonita no era fácil, pero después de mucho mirar, encontramos lo que buscábamos: la distribución era similar a la Pintaderas original; dos puertas, una en la calle Platerías y otra hacia el Mercado del Val; una estructura en forma de L y muchos metros más. ¡Era el momento de lanzarse a la aventura! Así que, capeando la crisis, nos animamos a ponernos el mono de obreros y a hacer cemento, poner ladrillos y pintar paredes. La nueva tienda de Pintaderas ya era una realidad.
A nuestro barco también se subieron Conchi Pérez, César Valle y Pedro Fernández. Ellos han sido los encargados de plasmar nuestras ideas sobre el papel y conseguir que este nuevo espacio sea lo que imaginábamos. Después, Aitor Vela y su equipo convirtieron los planos de estos arquitectos en las estructuras que ahora visten de madera la nueva tienda de Pintaderas.
Mientras ellos trabajaban en el local, a nosotros nos quedaban mil cosas por hacer. Había que elegir qué queríamos llevar a esta nueva tienda y con qué nuevas marcas contar. Incluir ropa de chico fue una de las primeras novedades. Queríamos abrir el concepto Pintaderas también para ellos y hacerlo con ropa diferente. Hümor, Anerkjendt y Bellfield se venían con nosotros a Valladolid.
Glamorous, Ichi y Dr. Denim ya habían pasado por Pintaderas (rosa), pero ahora queríamos apostar por ellas y ampliar la colección. Lo mismo nos ocurría con nuestras marcas insignia. Podríamos contar con más prendas de la danesa Nümph o traeros todos los bolsos divertidos de Kling.
Y si algo nos vuelve locos en Pintaderas son los zapatos. Así que, por este tema también había que aportar. Los italianos Lilimill irían de cabeza a las estanterías de la nueva tienda.
Pero Pintaderas no es sólo una tienda de ropa, zapatos y bolsos. El regalo nos apasiona y convertir esta tienda en un punto clave a la hora de elegir algo bonito y diferente para comprarle a otra persona es nuestro objetivo.
Con todo esto ya aclarado, necesitábamos ampliar la plantilla. Y ahí llegaron Cristina y Angela. ¡Ellas nos han convertido en familia numerosa!
Pero todo esto no habría sido posible sin vosotros, los que nos seguís a través de las redes sociales, los que nos visitáis casi todas las semanas, los que paseáis por la calle con nuestra bolsa y los que nos apoyáis incondicionalmente.
No queremos olvidarnos tampoco de Ángel, José Luis, Encarnita, Ardilillos y todos esos familiares y amigos que no han dudado ni un segundo en mancharse las manos para que todo estuviera listo a tiempo.
¡Os esperamos en Pintaderas!