Hay que ser realistas: ya no salimos tanto como antes. Quizás sea porque nuestra cartilla del banco empieza a temblar ya a mediados de mes o porque nos hacemos mayores o por ambas cosas a la vez. El motivo, sea cual sea, es que nos estamos europeizando. Nuestros vecinos son menos de salir y más de montar el guateque en casa e, irremediablemente, en España nos estamos dejando contagiar.

No cabe duda de que los bares siguen siendo el motor de nuestro país, eso es indiscutible. Sin embargo, esta semana en el blog queremos hacer un guiño a los caseros y daros algunas ideas para montar una buena fiesta en nuestro salón.

En la red podemos encontrar algunos consejos básicos como estos de Home Sapiens

Y partiendo de esta idea podemos empezar a organizar nuestra #FiestaEnCasaPerfecta. Lo primero es elegir buena música. Este tema es como los colores, hay para todos los gustos, así que os recomendamos aliaros con Spotify. Haced vuestras propias listas o recurrir a la pestaña «explorar». Aquí encontraréis playlist para todos los momentos y estilos que os imaginéis.

Lo siguiente es una buena cena. Las cosas como son: la comida siempre es importante. Así que ahí van un par de recetas que os salvarán de dejar hambrientos a vuestros invitados y que podéis dejar casi hechas el día anterior.

Brazo de gitano de remolacha y queso

Ingredientes:

Para la tortita: 150 gr de remolacha cocida, 100 ml de leche, 1 huevo, 90 gr de harina, 1 ajo. Para el relleno: 200 gr de queso crema, nueces (opcional).

Elaboración:

Batimos todos los ingredientes de la tortita con una batidora hasta obtener una pasta fina. Calentamos una sartén con una gota de aceite. Vertemos la masa y cocinamos una tortita fina. Una vez fría extendemos el queso, añadimos las nueces picadas y enrollamos como si fuera un brazo de gitano. Envolvemos en film y reservamos en el frigorífico. Para servir cortamos en pequeñas porciones.

Fingers de pollo con salsa de miel y mostaza

Ingredientes:

Para los fingers: 2 pechugas de pollo, 1 o 2 huevos, pan rallado Panko (o pan rallado normal), salsa de soja, aceite de oliva. Para la salsa: 2 cucharadas de miel, 4 cucharadas de mostaza, 1 cucharada de mayonesa, 1 chorrito de zumo de limón, 1 cucharada de aceite de oliva.

Elaboración:

Cortamos las pechugas en tiras y bañamos con la salsa de soja. Las dejamos reposar unos diez minutos. Después lo pasamos por huevo y pan rallado y freímos en abundante aceite hasta que estén dorados. En un cuenco mezclamos todos los ingredientes para la salsa. Ya sólo queda servir y dejar que nuestros invitados mojen las tiras de pollo empanado en la salsa.

Con alguna idea ya para la cena, ahora toca decorar nuestro salón. ¿Aún no sabéis como poner la mesa?

Y para terminar, ¿qué os parece atrevernos con un cóctel? Podéis encontrar infinidad de recetas aquí.

Ahora sólo queda divertirse y que nadie se marche sin bajar la basura. ¡Que nada nos quite las ganas de fiesta! Feliz semana.

¿Qué me pongo hoy? Después de unos cuantos bostezos, esta pregunta es casi lo primero que nos viene a la cabeza al despertarnos. Unas veces lo tenemos clarísimo y elegimos ese vestido tan bonito con el que nos vemos radiantes, pero otras, abrimos el armario y acabamos por ponernos «lo primero que pillamos». Inconscientemente estamos tomando una decisión en función de las emociones que sentimos en ese momento. No es raro entonces que si nos decantamos por colores vivos y alegres, sea porque ese día nos hemos levantado con ganas de comernos el mundo.

Sabemos que no es lo mismo vestirse para ir a trabajar que para una cena con amigos. Pero el color es una importante herramienta psicológica que, utilizada correctamente, puede ayudarnos a reforzar el mensaje positivo que queremos transmitir a los demás y a nosotros mismos.

¿Sabéis cuál es el color favorito para la mayoría? El azul. Es acertado en casi cualquier ocasión, y pese a ser frío o distante, se considera el color de la armonía y la simpatía. También el de la feminidad, pues es introvertido, apacible. Muchas de las más importantes distinciones, se hacen con este color, como el cordon bleu en Francia o la blue ribbon en Inglaterra. 

Es el color favorito de todas las épocas, ya que el índigo era un tinte fácil de obtener. Ello influyó en que 1970 diera paso a una época de gran consumo. Todo el mundo podía teñir todos los tejidos y las ropas eran más baratas que nunca. El contramovimiento que rechazaba este consumo, eligió como seña de identidad una prenda que consiguió convertir en una moda mundial: los jeans desgastados. El azul de esta prenda había llegado a representar toda una visión del mundo; el regreso a los valores verdaderos y duraderos.

El rojo es sin duda el color que acapara más miradas. No apto para los que quieren pasar desapercibidos. Es el color del fuego, de la fuerza, del valor y de lo atractivo. Y por supuesto, del amor. Levanta pasiones, es estimulante y excitante. Aumenta nuestra autoestima y hace que nos sintamos seguros de nuestras ideas y pensamientos. Facilita la extraversión y nos ayuda a «pisar fuerte». Pero, ojo, si abusamos de él, podemos transmitir agresividad.

Si el rojo os parece muy atrevido pero no queréis renunciar a sus efectos, el naranja es una buena alternativa. Ayuda superar la timidez y contribuye a la comunicación.

Aunque esta temporada viene pisando fuerte, el amarillo es el color más contradictorio de todos. Representa al optimismo, aunque se asocia a la mentira y a la envidia. No en vano, en España aún lo relacionamos con la mala suerte. Pero también es un color que hace que nuestro cerebro libere serotonina (sustancia relacionada con la sensación de bienestar), así que, ¡en Pintaderas decimos SÍ al amarillo! Un simple toque en nuestro look nos aportará un plus de alegría y felicidad.

El verde nos conecta con la Naturaleza, con él nos sentimos frescos y de mejor humor. Transmite paz y armonía. Es muy agradable de contemplar, ya que sus tonalidades más claras producen un efecto de calma y sosiego. Es muy indicado para rebajar la hiperactividad, el nerviosismo, la impaciencia… Por eso es el color más utilizado en los hospitales.

La suma de todos los colores la constituye el blanco, es creador de equilibrio. Representa lo limpio, lo puro… de ahí que el atuendo de novia o de numeroso personal sanitario sea blanco. Como curiosidad, es el color del luto en el hemisferio oriental, ya que se asocia a la luz entre las sombras. También es el color de la creatividad.

Y la ausencia de color es el negro. Perfecto si queremos ir elegantes, con él comunicamos fuerza, poder, inteligencia y estabilidad. Precisamente por esto, las túnicas de muchos recién graduados son de color negro. Y es el color del luto en nuestro hemisferio, pues transmite seriedad y sobriedad.

Tendemos a abusar de este color si estamos deprimidos, lo que nos puede llevar a entrar en un círculo vicioso difícil de cortar. Según la Ley de la Atracción, lo similar se atrae. Los colores oscuros «apagan» nuestra energía, por lo que si estamos decaídos y no salimos de esta gama cromática, tan solo conseguimos retroalimentar el círculo. ¿Qué hacer entonces si nos levantamos con el pie izquierdo? ¡Llenarnos de color!

Y a vosotros, ¿qué sensaciones os despiertan los colores de vuestra ropa?

 

Siempre nos gusta decir que Pintaderas es algo más que una tienda de ropa, y bajo ese lema nos hemos embarcado en la participación de un proyecto nuevo, que desde el primer momento nos interesó muchísimo: Crea Va 14.

Hace unos meses, Marta Álvarez se presentó en la tienda proponiéndonos ser partícipes de esta aventura, y no lo dudamos ni un momento, para nosotros es un placer  y un honor formar parte de ella.

Para explicaros brevemente en lo que consiste, (podéis ver toda la información en su web) , Crea Va 14 es un proyecto expositivo colectivo que se celebrará entre los días 14 y 30 de Marzo, coincidiendo con el Día Europeo de la Creatividad el día 21 de este mismo mes.

Pretende acercar al gran público la obra de artistas vallisoletanos emergentes, llevándola a lugares cotidianos, como tiendas o bares.

En lo que respecta a nuestro espacio, Pintaderas albergará una pequeña muestra del trabajo de tres creadores:

Cinta Arribas, ilustradora y Licenciada en Bellas Artes. A ella ya la conocíamos personalmente, y su trabajo también, así que estamos encantados de poder albergar algunas de sus ilustraciones.

Elno es Elena González Nieto, artista venida del diseño de vestuario. Una ilustradora que explora procesos diferentes y  cuyo trabajo tendremos la posibilidad de conocer más a fondo estos días.

Y la última artista que os presentamos es Rosa del Rosario. Licenciada en Bellas Artes, sus obras se centran en el diseño textil, dotándolo de matices artísticos. Otro gran descubrimiento para nosotros.

Para terminar, sólo deciros que Crea Va 14 no sólo consiste en exposiciones, sino que pretende ser también una plataforma de actividades: encuentros con los artistas, visitas guiadas por los espacios…

Os animamos a participar en esta interesantísima iniciativa que tenemos la suerte de poder disfrutar en nuestra ciudad.

Venid a visitar nuestro espacio, y así conoceréis de primera mano la obra de nuestros artistas invitados.

¡Os esperamos!

El próximo sábado se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y con motivo de esta fecha hemos conocido un informe que revela que esta crisis económica se ha saldado con la destrucción de más de 900.000 puestos de trabajos ocupados por mujeres. Si además de ser mujer, tienes más de 45 años, entonces la cosa se complica, convirtiéndote en uno de los colectivos más afectados por la pésima situación laboral.

Los datos no son nada alentadores, así que mejor hagamos un balance histórico y descubramos algunos de los rostros de aquellas que un día supieron plantarle cara a los hombres que las rodeaban para luchar por los derechos de sus hijas.

El día 8 de marzo está marcado en el calendario porque fue un día como éste, pero de 1857, cuando un grupo de trabajadoras de una fábrica textil tomó la decisión de salir a la calle a protestar por las míseras condiciones laborales que padecían. Cincuenta y un años después, las mujeres volvieron a protagonizar una sonada huelga en Nueva York. Entonces perseguían la reducción de la jornada laboral a 10 horas, la igualdad salarial y el derecho a poder tener un tiempo para amamantar a sus bebés. La protesta no fue aceptada por el dueño de la fábrica en la que trabajaban y, para sofocarla, provocó un incendio que acabó con la vida de más de un centenar de empleadas. Estas mujeres arriesgaron todo por conseguir algo que hoy es una realidad, pero que hace tan sólo un siglo era una utopía.

Pero antes que ellas, muchas otras desafiaron a la sociedad y demostraron que, aunque mujeres, eran capaces de desempeñar puestos «de hombres». Cleopatra y Nefertiti consiguieron que se arrodillaran ante ellas. Reinas como Isabel La Católica, Isabel II, Catalina II La Grande (emperatriz de Rusia) o Victoria I de Inglaterra desempeñaron el papel que se les había encomendado sin que les temblara el pulso.

Otras como Coco Chanel, la madre Teresa de Calcuta, Marie Curie, Emmeline Pankhurst, María de Maeztu o Margaret Thatcher consiguieron hacerse un hueco más que reseñado en la historia.

En 2013, la lista de las 10 mujeres más poderosas del mundo según la revista Forbes sigue encabezada por la canciller alemana Angela Merkel, seguida por la presidenta brasileña Dilma Rousseff y Sonia Gandhi, presidenta del Congreso de la India. Tres políticas que, sin embargo, no encabezan la lista si ampliamos el abanico también a los hombres. Sólo Merkel ocupa un lugar «aceptable», siendo la quinta persona más influyente del mundo.

Estas mujeres son sólo un pequeñísimo ejemplo de todas las que merecen protagonizar artículos como éste. Hay muchas que, aunque jamás aparezcan en los libros, han luchado y luchan cada día por conseguir que ser mujer no signifique ser menos; escalan a puestos de responsabilidad renunciando a una vida personal porque, lamentablemente, aún falta mucho por avanzar; abuelas que vuelven a ser mamás; madres que deciden que no necesitan a un hombre para formar una familia; mecánicas, pilotos, camioneras, electricistas, ingenieras… y tantas y tantas profesionales que son observadas cada día por hombres y que demuestran que son mujeres, sí, y trabajadoras.